Yo dormía, y mientras dormía, soñaba. En mi sueño, soñaba que dormía.
Un sueño de plumas el que yo soñaba, Mi cuarto, templado; mi cama, mullida.
Su brazo en mi cuello, su boca en mis ojos; su pelo en mi almohada; su aliento en mi cara.
La ventana, abierta; la noche, estrellada. La brisa, serena; la vida, tranquila.
De pronto, un sonido y la lata caída, abrieron mis ojos: mi vida de día.
Fueron tres monedas, mientras yo soñaba un sueño de plumas.
Y en mi sueño soñaba que dormía.
Stella Maris Riera – Buenos Aires 2013